Imagen: Inauguración de la planta de baterías Y-TEC en La Plata, Argentina, en agosto de 2022. La planta forma parte de la iniciativa impulsada por el Gobierno para construir la empresa estatal de litio YPF Litio. Fotografía por Matías Alonso, Universidad Nacional de San Martín.
El debate en torno al litio en Sudamérica ha estado marcado por un amplio consenso: Dado que el mineral es clave para la transición energética mundial, los países ricos en litio, como Argentina, Bolivia y Chile (“países ABC”), se enfrentan a una coyuntura crítica. Muchos han interpretado esta coyuntura como una oportunidad histórica de desarrollo.
El tercer panel de la conferencia Encrucijadas del Litio desentrañó este debate clave: ¿Cuán reales son las esperanzas y promesas de industrialización en los países ABC, para producir baterías y sus componentes, e incluso vehículos eléctricos? Cuáles son los retos que implicaría este proceso? ¿Quién se beneficia de la “transición a la energía verde”, quién paga los costos y cómo pueden distribuirse más equitativamente estos costes y beneficios?
Estas preguntas remiten a agendas más amplias que, en última instancia, tienen que ver con la justicia a múltiples escalas. El debate sobre el litio recuerda a cómo se han abordado estas cuestiones en las teorías de dependencia y desarrollo durante la segunda mitad del siglo XX. ¿Qué hemos aprendido de estas teorías y de las múltiples formas en que se han difundido, probado y criticado en todo el mundo?
El panel reunió a dos académicos con cuatro personas que han sido claves en la toma de decisiones en torno al litio: Verónica Robert es Subsecretaria de Estrategia de Desarrollo y participa en la definición del lugar que ocupa el litio en la planificación gubernamental general de Argentina. Como vicepresidente de YPF litio, Hernán Letcher ha sido clave para establecer la reciente empresa estatal argentina del litio. Juan Carlos Montenegro, por su parte, fue una figura clave en la creación de la empresa estatal de litio boliviana YLB, que presidió durante varios años. Por último, como Consejero para el litio y los salares, Gonzalo Gutiérrez ha sido crucial en la definición de la nueva estrategia del litio del gobierno chileno.
Provocaciones
Marina Weinberg y Martín Obaya, ambos investigadores con amplios conocimientos en la materia, abrieron el panel con sendas provocaciones.
Fiel a la disciplina antropológica, Marina lanzó el debate cuestionando su categoría principal: ¿Cómo se representa el litio, en particular en los debates sobre la transición energética? ¿Qué temas, actores y espacios se incluyen? ¿Cuáles permanecen invisibles? Basándose en sus investigaciones en el desierto de Atacama, abogó por que los “off-sites” del litio – fábricas, puertos, carreteras, vertederos -, situados más allá del salar, también formen parte del debate.
“Intento explicitar, traer desde lo más profundo, cómo la exaltación de un proyecto unívoco de un futuro planetario verde va desvaneciendo lugares vitales y amplia silenciosamente la precarización de la vida y las desigualdades en los espacios de extracción.”
Marina Weinberg, Antropóloga de la Universidad Católica del Norte, Chile
Mientras que la intervención de Marina pretendía ampliar el debate, la provocación de Martín, como economista, era reducirlo a cuestiones más tangibles. ¿Cuáles deberían ser las prioridades de la política científica e industrial en relación con el litio en Sudamérica? Sostuvo que el “fetichismo de las baterías” que prevalece en los círculos académicos y políticos sirve en realidad a una “agenda oculta”. La obsesión por producir baterías a partir de “nuestro” litio está ocultando el hecho de que, en Argentina, la mayoría de las actividades realmente relacionadas con la extracción de litio están en manos del sector privado.
“En Argentina, la agenda de ciencia y técnica el la cuestión del litio está fundamentalmente focalizada en la cuestión de las baterías. Sin embargo, la agenda está informada por una lectura superficial de cómo funcionan las redes de producción en las cuales se inserta el litio como insumo.”
Martín Obaya, Economista de la Universidad Nacional de San Martín, Argentina
Debatir la política del litio
Las provocaciones de Marina y Martin empujaron a los panelistas más allá de las formas predominantes en que se ha enmarcado hasta ahora el debate sobre el litio. Entre la crisis mundial y la revolución industrial, llamaron la atención sobre cómo y dónde se produce realmente el litio.
Sin embargo, la transición energética y las baterías siguieron siendo los principales puntos de referencia. Todos los participantes coincidieron en que se estaba gestando un cambio, “una transición verde”, “un cambio de paradigma sociotécnico”, “una transformación socioecológica”. Dado que es crucial para estos cambios, el litio ofrece tanto riesgos como oportunidades a los países que tienen mucho de este recurso.
¿Qué hacer con los recursos de litio de Sudamérica? Los panelistas argumentaron desde las diferentes perspectivas de los proyectos y gobiernos en los que han participado.
“Participar de este cambio de paradigma socio-técnico nos va a posicionar de una forma diferente en el futuro.”
Verónica Robert, Subsecretaria de Estrategia de Desarrollo, Argentina
“Con YPF litio decidimos integrar verticalmente la cadena del litio. La integración vertical es una decisión que tiene amplios consensos. En general, la industrialización del litio en la Argentina tiene amplios consensos.”
Hernán Letcher, Vicepresidente YPF litio, Argentina
“La transición verde requiere más minería. No es suficiente contar con el litio. Avanzar en la cadena implica la extracción de otros minerales. Es el camino que irremediablemente hay que transitar si queremos avanzar en la industrialización.”
Juan Carlos Montenegro, ex presidente de YLB, Bolivia
“Queremos ir más allá de la renta. El litio está destinado al estado. Puede ser una llave que nos permita entrar en ciertos desarrollos tecnológicos para los cuales tenemos capacidades y los insumos. Por lo tanto queremos hacer la apuesta.”
Gonzalo Gutiérrez, Asesor para litio y salares, Chile
Si bien el debate suscitó tensiones entre argumentos y posiciones específicas, también estuvo marcado por un amplio consenso. Los participantes parecieron estar de acuerdo que, al formar parte de las cadenas de valor de las baterías, el litio constituye una valiosa oportunidad de desarrollo para Argentina, Bolivia y Chile.
Los panelistas destacaron que, en el caso del litio, el valor debe concebirse de forma más amplia de lo habitual. El litio es una especie de trampolín hacia objetivos que van mucho más allá de su extracción y las rentas que produce. Ascendiendo en la cadena de valor, construir industrias de litio y baterías a escala industrial en Sudamérica es compleje. Desarrollar industrias nacionales implica desarrollar conocimientos técnicos y transferencias de tecnología de los países compradores. Estos recursos estarán disponibles para desarrollar otros sectores cuando el litio desaparezca o la demanda baje.
Según los panelistas, los países con grandes recursos de litio se encuentran en una encrucijada: ¿Van a ser protagonistas de la transición energética o simplemente van a quedar relegados a un segundo plano en un cambio de paradigma mundial? ¿Cómo convertirse en esos protagonistas? Del debate surgieron tres estrategias principales: la cooperación regional más allá de fronteras nacionales, el refuerzo de las capacidades de los Estados como principales protagonistas y la inversión en ciencia y tecnología.
Puntos de inflexión
Escuchando atentamente, el público también pudo oír voces que desafiaban este consenso. Las intervenciones de Marina, en particular, indicaron que los argumentos que ocupaban la mayor parte del espacio en este escenario eran radicalmente cuestionados en otros. ¿Son realistas estos proyectos y estrategias? ¿Es realmente inevitable, o incluso deseable, la extracción de litio en los países ABC?
“Alguno de nuestros países tiene la capacidad tecnológica, económica, política de desarrollar la cadena completa, de arrancar de cero en este proceso de producción de batería, que valga la pena el riesgo social, económico, político, comercial y geopolítico? ¿Es viable meterse en un proyecto de esta envergadura?”
Marina Weinberg, Antropóloga de la Universidad Católica del Norte, Chile
Martín recogió las promesas y los escollos expuestos en la intervención de Marina. Sin embargo, enfocó la cuestión desde una dirección ligeramente distinta.
“Planteemoslo en términos de los retos que implicaría este camino en función de los recursos que le podamos dedicar. Si tuviéramos escasos recursos para desarrollar algo en litio, ¿por dónde empezaríamos?”
Martín Obaya, Economista de la Universidad Nacional de San Martín, Argentina
Dos horas de debate fueron demasiado breves para ofrecer respuestas satisfactorias. Y así quedaron las preguntas planteadas por los observadores críticos del panel, como recordatorios de que se trataba de un debate particular entre panelistas con posiciones particulares.
¿Qué finalidad debe tener el desarrollo más allá del crecimiento económico? ¿Las necesidades de quién satisfacen las baterías, los intereses de quién sirven? ¿Quién tiene el poder y el conocimiento para decidir sobre el destino del litio en Sudamérica? ¿Está el litio realmente relacionado con la crisis climática o más bien con la acumulación de beneficios? Reflexionando seriamente sobre estas cuestiones, ¿debería seguir adelante la extracción de litio y, en caso afirmativo, bajo qué condiciones?
Puntos de reflexión
Al final, todas estas preguntas iban en la misma dirección: la justicia. ¿Cuáles son las implicaciones de las industrias emergentes de baterías para las agendas de justicia locales, nacionales y globales? En términos generales, era la transición energética la que definía el debate al situar el litio en un contexto global. Aunque permaneció esquivo en la mayoría de las declaraciones, este contexto proporcionó un terreno fértil para la discusión, un horizonte para plantear cuestiones que van más allá de los temas ya familiares en torno a la extracción de materias primas, como los impactos o los conflictos locales.
Estos debates no son nuevos en sí mismos, sino que más bien recuerdan a toda una serie de teorías críticas surgidas a raíz del proceso de descolonización mundial tras la Segunda Guerra Mundial. Las teorías de la Dependencia y de Sistema-mundo sitúan las cuestiones de justicia global y las injusticias en la extracción, transformación y comercio de materias primas en lo más alto de las agendas políticas. En lugar de cuestionar las consecuencias de la extracción de recursos, se centraron en la distribución de oportunidades o las transferencias de valor en la división internacional del trabajo.
¿Qué hemos aprendido de estas teorías y de las múltiples formas en que se han difundido, probado y criticado en todo el mundo? Vale la pena considerar seriamente esta cuestión en los debates sobre el litio y otras materias primas que serán cruciales en la transición energética. Un punto principal es que los marcos de referencia más amplios – ya se llamen Descolonización, Desarrollo o Transición energética – implican tanto oportunidades como riesgos. Estos marcos son necesarios para hacer reivindicaciones más amplias de cambio estructural, pero las voces y los intereses de personas o lugares concretos corren el riesgo de ser dejados de lado en nombre de la totalidad.
Antropólogo, cada vez más entusiasmado por el litio y sus conexiones al rededor del mundo. ¿Hasta dónde nos lleva y qué sucede cuando lo seguimos?