A finales de septiembre de 2019, una noticia que circulaba por la prensa boliviana captó mi atención: autos eléctricos fabricados en Bolivia por Quantum Motors estaban siendo detenidos y sus dueños eran multados porque no podían presentar los documentos de importación. La noticia causó mucha indignación entre el público boliviano – la falta de un procedimiento administrativo para los autos manufacturados en Bolivia parecía mostrar una falta de fe en que esa hazaña pudiera alcanzarse. Y, sin embargo, se había alcanzado.
Mientras Evo Morales aceleraba los cambios administrativos necesarios para permitir que los modelos E2 y E3 de Quantum circularan en Bolivia, la historia se me quedó grabada. Como investigo acerca de la industrialización del litio en Bolivia, el mercado de la electro-movilidad es algo que siempre mantengo dentro de mi visión periférica. Sin embargo, es un tema que me resulta muy abstracto; aparece cuando ojeo los informes de los economistas que calculan de qué manera la demanda de litio será influenciada por los consumidores o cuando me topo con un anuncio acerca de que alguna de las grandes fábricas de automóviles inicia una línea de producción de vehículos eléctricos. Mucho de esto es aun prematuro, pero se espera que el consumo de autos eléctricos se dispare rápidamente a lo largo de la próxima década, aumentando la demanda de baterías de ion-litio y, consecuentemente, del litio. A pesar de que estas proyecciones no son infundadas, aun forman parte de los imaginarios. Imaginarios que llevan a la construcción de enormes fábricas y plantas de extracción de litio a nivel mundial, pero imaginarios, al fin y al cabo. Por eso, cuando vi un diario con la foto de un auto eléctrico boliviano, que ya se estaba fabricando y que no formaba parte de un ambicioso, pero lejano plan nacional de industrialización del litio, necesité averiguar más.
Carlos Soruco
En febrero de 2020 conseguí, por fin, viajar a Cochabamba donde fue fundada y tiene su sede Quantum Motors. Allí conocí a Carlos Soruco, uno de los co-fundadores de la compañía. Es abogado de formación y trabaja en su estudio jurídico, en el centro de Cochabamba, a solo una cuadra de la plaza. Me saludó amablemente y nos preparó una taza de café antes de sentarnos en su escritorio para la entrevista. Soruco emana un clima positivo y amistoso, y tiene buena conversación. Enseguida me quedó claro por qué se convirtió en la cara pública de la empresa emergente. Está acostumbrado a brindar entrevistas y, a pesar de que debe haber contado la historia de Quantum muchísimas veces, aun lo hace con mucha energía y entusiasmo.
“Cuando hemos empezado nosotros con la idea, hemos llamado a muchas personas, nadie nos creía. Hemos llamado a YLB (Yacimientos de Litio Bolivianos, la empresa estatal de industrialización de litio) “ah, sí, sí, obvio”, a la empresa de vidrios, “sí, no podemos”. Aseguradoras, “no, no conocemos, no aseguramos esos autos”. Hemos salido a la vida pública y ellos nos llamaban, los de YLB: “Venga por favor, vamos a hacer un convenio”. Los de vidrios, “ya tenemos los vidrios, denos sus tamaños pa’ que se lo hagamos”, las empresas aseguradoras nos invitaban a cenar, los bancos nos ofrecían financiamiento bancario que al principio era insoñable, tenemos las tarifas más bajas para crédito bancario”
Los autos de Quantum han sido conectados frecuentemente con la industrialización del litio boliviano. Tanto es así que ya en 2019 se había declarado el interés de ambas partes por cooperar. Las declaraciones de intenciones fueron interrumpidas por la crisis política de noviembre. Sin embargo, desde que el Movimiento al Socialismo (MAS) llegó de nuevo al gobierno en noviembre de 2020, las negociaciones se han reanudado. Recientemente, Luis Arce, el actual presidente de Bolivia, mencionó que YLB ya estaba proporcionando una pequeña cantidad de baterías de litio a Quantum para sus autos. Varios comentaristas políticos se apresuraron a señalar que Quantum había estado utilizando baterías de plomo, pero en realidad ya han empezado a utilizar baterías de ion-litio.
El vehículo eléctrico hecho en Bolivia
Actualmente, Quantum vende autos, scooters, bicicletas y dos tipos de triciclos, todos eléctricos, tanto para transporte personal como para pequeñas empresas. Los scooters son importados de una prestigiosa empresa china de scooters eléctricos, y todos los otros vehículos son ensamblados en Bolivia. Si bien algunas partes se importan, Quantum trata de utilizar piezas bolivianas siempre que puede. En septiembre de 2019, alrededor del 35% de las partes eran hechas en Bolivia, hoy ese número asciende al 60%.
La primera serie de autos producidos por Quantum, la serie E, tiene el mismo diseño para todos los autos, pero con diferentes motores, dependiendo del modelo. Dos de ellos, el E3M y el E4 están específicamente diseñados para ciudades con subidas muy empinadas como La Paz. Son autos de baja velocidad, alcanzan los 55 km/h, y están pensados para ser utilizados principalmente en centros urbanos congestionados. Su autonomía oscila entre los 50 y los 80 km, lo que puede parecer poco, pero es suficiente para los desplazamientos urbanos cotidianos,y la realización de algunas tareas. En esencia, están diseñados para ser utilizados en las ciudades.
Quizás los autos de Quantum no ganen ninguna carrera por ahora, pero cualquier compañía de vehículos tiene que empezar por algún lado. Soruco me contó que obtuvieron incluso la certificación de SAE, la entidad encargada a nivel mundial de evaluar los estándares de los vehículos y conceder el Código VIN, lo cual abre la posibilidad de futuras exportaciones.
Por un futuro más verde
Mientras escuchaba a Carlos Soruco, me di cuenta que Quantum es más que una oportunidad de negocio para él. Años antes de cofundar Quantum ya abogaba por una Cochabamba menos contaminada. Mientras estudiaba en Groningen, en los Países Bajos, se apasionó por el ciclismo y mantuvo ese hábito cuando volvió a Bolivia.
“Pretendía hacer lo mismo, porque Cochabamba es plana, no llueve, es ideal, pero llegaba aquí en la esquina todos los días rojo de furia porque los autos me querían pisar cada vez.”
Entonces se unió a Critical Mass, un grupo global de activismo ciclista, en Cochabamba, y comenzó a presionar a la alcaldía durante varios años, hasta que finalmente consiguieron que se aprobara una ley municipal sobre el uso de bicicletas. Aun así, dice que el objetivo todavía está lejos; los autos tienen que mantener oficialmente una distancia de 1,5 m y la construcción de infraestructura para ciclistas es parte de la ley, pero en la práctica se está haciendo muy poco.
Sin embargo, la historia no termina con el ciclismo. Cochabamba es una de las ciudades más contaminadas de Sudamérica: “lo peor es que el alto índice decontaminación… no es que nos hayamos enterado ayer de que está tan contaminada, ¡lo sabíamos! ¿Y qué se ha hecho al respecto? Nada!”. Soruco cree que la solución está en la promoción del uso de bicicletas, los autos eléctricos y la mejora del transporte público:
“Como te digo, es otra manera de pensar, no es hacer plata, hacer plata. No. José Carlos Márquez y yo tenemos hijos pequeñitos ¿van a respirar toda la vida este aire?”
José Carlos Márquez es otro de los cofundadores, fue su idea montar una empresa de vehículos eléctricos. Ahora es el gerente de Quantum Motors, y también tiene una empresa que fabrica mini volquetas eléctricas para la industria minera – cada uno sustituye a unas cinco carretillas. Márquez era cliente de Soruco hasta que, en 2017, empezaron a trabajar seriamente en la idea. Soruco lo explica de esta manera: “Y bueno, me encantó la idea, me metí. Y ha sido desde que me he metido unos dos años más o menos de investigación, de legislación, conocer proveedores, traer prototipos, etc. Hasta que finalmente el 12 de setiembre 2019, nace a la vida pública Quantum.”
Bolivia, ¿el nuevo centro de electromovilidad para Sudamérica?
Su visión va más allá de Quantum Motors y su futuro: “nosotros consideramos que Bolivia tiene la posibilidad de volverse en un centro geopolítico de electromovilidad”. Debido al fácil acceso a energía limpia, las grandes reservas de litio del país, la mano de obra barata en comparación con los países vecinos y la situación geográfica de Bolivia, Soruco sostiene que la nación andina podría convertirse en un centro de movilidad para toda la región.
Una visión ambiciosa, pero que parece ser compartida por Luis Arce, que ha propuesto una estrategia nacional de industrialización del litio. Dicha estrategia prevé la construcción de 41 fábricas que permitirán que toda la cadena de producción de baterías tenga lugar en Bolivia. El acuerdo para construir una fábrica en que Quantum Motors utilizará celdas de Litio proporcionadas por YLB parece ser un paso en esta dirección.
Quantum Motors y las personas detrás de ella encarnan una conciencia ecológica que está cada vez más presente hoy en día. Su modelo de ofrecer movilidad eléctrica accesible, adaptado al mercado boliviano y expandible a otras naciones sudamericanas, como parte de un esfuerzo mayor para luchar contra la contaminación y mitigar los efectos de la crisis climática, ofrece una alternativa a gigantes como Tesla, dirigidos principalmente a las poblaciones ricas del Norte. Y el hecho en sí, de que ahora se produzca un vehículo eléctrico en Bolivia, que fue una de las naciones más pobres de América Latina, es una hazaña en sí misma.
Antropólogo, doctorando, le fascinan las prácticas del trabajo industrial y demandas de soberanía, local cómo nacional, relacionados a la extracción de litio.
Solo queda felicitar e impulsar a este grupo de jóvenes luchadores y creativos que ponen en alto a Bolivia sin fines políticos.