Artefacto vallado en el Salar de Atacama, Chile, abril 2018. Fotografía: Audrey Sérandour.

En los Andes, los salares son lugares que albergan paisajes realmente únicos. Inmensos, cubiertos de una superficie blanquecina y siempre fascinantes. En esta inmensidad, las explotaciones de litio parecen discretas: involucran algunas piletas de evaporación, edificios bajos y montículos de sal. Sin embargo, las empresas privadas que explotan los salares controlan estos espacios, así como sus recursos y los datos ambientales. Es por ello que es muy común en el Salar de Atacama encontrarse con áreas alambradas. En el siguiente artículo indago en cómo estas barreras influyen en el acceso y el control de los datos ambientales y de los recursos.

Esta fotografía muestra un vallado que encierra un artefacto para la medición de datos ambientales, instalado por una empresa privada que extrae litio del salar. El vallado garantiza el acceso exclusivo a datos muy valiosos sobre el impacto de sus actividades extractivas. La fotografía fue tomada en Chile, en el Salar de Atacama. Situado a 2.500 metros de altitud y con una extensión de 3.000 km², el salar es una cuenca endorreica cuyos cursos de agua no llegan al mar abierto, por lo que se han acumulado allí grandes cantidades de sales. Bajo su árida superficie se encuentra el yacimiento de litio más importante del país.

Cavar pozos, bombear salmueras en el Salar de Atacama

El litio aparece diluido en las salmueras que se localizan debajo de la capa salina. Para extraerlo, hay que cavar pozos desde los que se bombean las salmueras hacia piletas de evaporación. Luego de atravezar por un proceso de evaporación solar, las salmueras poseen una alta concentración de litio, lo cual favorece su extracción.

Durante la fase de exploración, cada proyecto de minería litio requiere la perforación de numerosos pozos en el salar, a veces incluso en los alrededores. Estos pozos se utilizan para evaluar la calidad de las salmueras y elegir los mejores sitios para el bombeo. Una vez terminada la fase de exploración, no todos los pozos se utilizan para la extracción, pero algunos permanecen abiertos para recoger muestras y continuar realizando mediciones en diferentes puntos. Esto proporciona datos relevantes sobre el nivel de agua del salar, sobre las características físico-químicas de las salmueras y, más en general, sobre el ecosistema de la cuenca.

La importancia de los datos ambientales

La información ambiental es muy valiosa, no sólo para la empresa sino también para las poblaciones del lugar preocupadas por los impactos de la actividad extractiva en su territorio. De hecho, si bien las comunidades que habitan los alrededores del Salar de Atacama cada vez trabajan más en actividades vinculadas al turismo y la minería, continúan sustentándose, en parte, mediante la agricultura y la ganadería. Estas actividades requieren mucha disponibilidad de agua dulce y son sensibles a las variaciones ambientales, particularmente en una región tan árida como la Puna de Atacama. Por este motivo, las comunidades vecinas temen por las consecuencias que la explotación del salar pueda tener en el equilibrio hídrico del lugar en el que habitan.

Esta preocupación ha llevado a que algunas comunidades convoquen investigadores para que analicen la situación actual del salar y presten apoyo técnico. Para hacerlo, necesitan estudiar el comportamiento de las salmueras, sus variaciones anuales, los ritmos de reposición de agua en el salar y la posible salinización de los acuíferos de agua dulce que se ubican por debajo de las salmueras. Pero esta tarea es muy complicada en tanto que el acceso a dichos datos es limitado. La comunidad científica tiene dificultades para acceder al propio salar y a los pozos, ya que a menudo se enfrentan a barreras y vallados. Un científico trabajando en el salar expresa su tristeza por la situación: “Así es como las empresas impiden el acceso a la información; es imposible medir los niveles de agua”.

Barrera instalada por una empresa privada en el Salar de Atacama, Chile, abril de 2018. Fotografía: Audrey Sérandour.

El rol de los datos ambientales en el control de recursos

El control de los datos ambientales juega un rol fundamental en las relaciones de poder en torno a los recursos de litio. En el Salar de Atacama, dos empresas privadas – una chilena y otra estadounidense –  controlan el yacimiento. Esto es posible porque cuentan con los medios técnicos de extracción y regulan el acceso al salar mediante un sistema de barreras, pero también porque poseen el conocimiento del recurso, los datos sobre las reservas disponibles y sobre la evolución ambiental del salar. Mientras tanto, diferentes actores que intentan regular el recurso se encuentran en una situación de dependencia con las empresas privadas; dependencia que no sólo afecta a quienes habitan la región, sino también al Estado chileno. En efecto, el Estado tampoco tiene acceso a estos datos y encuentra dificultades a la hora de realizar los controles ambientales de los que es responsable (tal como se menciona en el informe de la Comisión Nacional del Litio, 2015).

Las relaciones de poder en torno al litio adquieren expresiones espaciales. Se materializan en el espacio y de manera muy concreta en los salares. En otras palabras, la explotación de los recursos produce relaciones de poder que pueden leerse en los propios territorios. Claramente, estas observaciones no se limitan al caso de Atacama, las barreras/los vallados/los alambrados limitan el acceso a los datos ambientales en muchos de los salares de los Andes.

Sobre la autora

Audrey Sérandour (CRESAT / PRODIG) recibió su doctorado de la Universidad Paris 1 Panthéon-Sorbonne. Su tesis se trata de la geografía política del litio andino (Argentina, Bolivia, Chile). Se interesa por el modo en que los desafíos ligados a la transición energética están transformando los espacios proveedores de materias primas.